Ayer conmemoramos el Día Internacional del Alzheimer , una enfermedad que está creciendo año a año y la cuál tendrá unas cifras sorprendentes de nuevos casos en el futuro.

Sin embargo, estudios han revelado que el ejercicio regular podría ser la mejor medicina para las personas mayores que se enfrentan al inicio de la demencia, ya que mejora el flujo sanguíneo en áreas clave del cerebro, y parece reducir los nudos de proteína tau que son característicos de ésta enfermedad.

Las investigaciones han mostrado que el ejercicio puede mejorar la capacidad de pensamiento en los adultos sanos, como así también, se ha demostrado que aumenta de forma significativa los centros de memoria y procesamiento del cerebro, con una mejora correspondiente en la capacidad de planificar, organizar y prestar atención.

Laura Baker, neurocientífica cognitiva de la Facultad de Medicina de la Universidad de Wake Forest en Winston-Salem, Carolina del Norte- y encargada de realizar las investigaciones en personas de Alzheimer dijo:

«Esos hallazgos son importantes porque sugieren de forma contundente que una intervención potente en el estilo de vida, como el ejercicio aeróbico, puede tener un impacto sobre los cambios en el cerebro relacionados con el Alzheimer. Ningún fármaco que esté aprobado ahora puede rivalizar con esos efectos»

Además, añadió:

«Si una persona ya sufre de demencia, aún puede beneficiarse del ejercicio, pero es probable que necesite de alguien que guíe su calendario de ejercicios. Pero esa supervisión puede ser en forma de ejercicio grupal, no tiene que ser individual»

Investigadores daneses, por su parte, hallaron que los que hacían ejercicio sufrían de menos problemas del estado de ánimo, como ansiedad, irritabilidad y depresión. Las personas que hacían ejercicio con más frecuencia y mayor vigor también lograron mejoras significativas en la velocidad mental y en la atención.