El Diario La Nación publicó un artículo donde relata los dilemas que surgen cuando queremos comenzar una actividad física. Éstos puden ser una barrera o transformarse en un estímulo. ¿Me embarco en una disciplina de alta intesidad o mejor opto por otra mas calma? ¿Salgo a correr o a patinar en grupo, o prefiero hacerlo en soledad? ¿Es mejor hacer ejercico a la mañana cuando la cabeza está despejada, o lo ideal es a la noche para poder quemar el stress del día laboral? ¿Bajo techo o al aire libre?
¿Con música o en silencio?
Algunos opinan que la música es sumamente recomendable, dependiendo de lo que vayan a a hacer, es la música que eligen. Nadadores cuentan su experiencia y relatan que nadar con música los aisla del mundo y que la música y el agua son una sola cosa. Sin embargo otros opinan totalmente lo contrario. Ellos realizan sus actividades sin auriculares por que son incomodos, y a su vez prefieren mantener la cabeza en blanco mientras nadan ya que es un momento de meditación.
A la mañana o a la noche?
Mucho se habló del horario que se elige para hacer actividad física. El reloj interno dispone que la mañana podría ser el mejor momento del día para hacer ejercicio, pero la verdad es que no todos tienen ese privilegio ya que muchos trabajan desde muy temprano, llevan sus hijos al colegio, y además, a no todos les gusta comenzar el día transpirados. El doctor Jorge Franchella dice:
“El mejor momento es aquel en el que la actividad no se hace forzadamente”
¿El soledad o en grupo?
Independientemente de que una actividad física pueda ser practicada en grupo o en soledad, la elección de una u otra modalidad puede favorecer la continuidad o, por el contrario, minarla. El doctor Franchella comenta:
«Es indudable que el grupo aporta el compromiso de no fallar y colabora con la adherencia: si un día está nublado y corro solo, capaz que no me levante, pero si es en grupo, sé que los demás me esperan. Sin embargo, debe haber algún tipo de supervisión del grupo para que sea lo más homogéneo posible, porque el riesgo es que haya algunos que hagan un esfuerzo excesivo para estar a la altura del resto, y otros que hagan muy poco, por estar más entrenados.»
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¿Indoor o outdoor?
La ventaja de hacer ejercicio bajo techo es obvia, su continuidad no depende de factores climáticos. Están aquellos que optan por un gimnasio, hacer spinning o cinta. Sin embargo, otros prefieren el aire libre, donde no les importa que llueve, truene o haga -3º C.
Cuestión de intensidad
Es importante tener en cuenta también que hay actividades que, por el elevado grado de intensidad que implican, no pueden ser practicadas por una persona que recién emerge del sedentarismo.
¿Guiado o sin guía?
El autor de la nota nos cuenta que algunos prefieren ir a clase solos, donde cada uno pone sus tiempos sin depender de otro, ni tampoco de horarios. Otros, a su vez, no lo harían solos ni por casualidad. Necesitan la presencia de un profesor que les indique qué hacer y la presencia del mismo para prevenir lesiones.
En todos los casos, siempre tenemos que elegir lo que se adapte a nosotros y a nuestro estilo de vida. No hay fórmulas mágicas, y las que se ofrecen no duran.
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